En un descuido cuando el viento arreciaba con fuerza las ventanas del coche y la lluvia se hacia copiosa ,hasta convertir el asfalto en un colchón de baches de agua ;sin darme cuenta ,entre en una de esas estaciones de servicio que están en mitad de ninguna parte y que cuando se abandonan se quedan tan atrás como el olvido. La lluvia golpeaba con un tropel de redobles de tambor sobre el techo metálico de la gasolinera y impedía ,como una cortina ,ver una localización concreta de ese lugar que en ese momento parecía maldito.
Amable y servil era el empleado de la gasolinera que atendía presuroso surtidores y cobros.Me quede el ultimo lo que me dio pie a entablar una cordial conversación sobre el tiempo tema recurrente para romper el hielo y cuando no se sabe que decir para ser agradable.
Había algo retro en aquella estación que vendía troncos de leña apilados en la fachada y guantes de trabajo en el mostrador ,mezclado con esa atmósfera de olor a gasoil y suelo resbaladizo.
Me acompaño amablemente al coche para continuar con una amena conversación sobre esos temas transcendentales que tenemos los desconocido y que por un instante nos convertimos en confidentes íntimos ,quizás por el anonimato o por encontrar ese consuelo que se esconde por temor a mostrar debilidades y resultar vulnerable.
Continuaba la lluvia fluida como la conversación y miraba mi bota sobre un charco que se convertía en rio de colores arco iris aceitosos.Sin atreverme a salir aun por la prudencia que hace a los hombres precavidos seguí escuchando ;conforme menguaba la lluvia y el lienzo del horizonte me dejaba entrever los trazos verdes de lo que adivinaba podían ser olivos ,pregunte si las olivas habían sido todas recogidas y la mala suerte que podían correr quienes dependían de los días luminosos para un jornal y de una buena campaña que recompense en un buen cobro.
Con esa confianza de pueblo y la inocencia humilde de quien ve en su horizonte el vacìo de la nada, bajo la realidad de tirar con esfuerzo el yugo ,hasta que alguien le dice basta…comenzó a hablarme de sus “amos” .Volvió a mi, aquellas rancias servidumbres de pueblo con sus “señoricos” altaneros de traje blanco y mandíbula alta ,aquella imagen del cacique todopoderoso ,señor en sus tierras de animales , humanos, incluso del mismo cielo.
El caciquismo no desaparecio ,solo perdio su poder porque fue un fenomeno que solo tuvo cabida en una etapa preindustrial cuando las producciones agricolas eran dinamismo de economia y con ello poder de influencia.La prosperidad de las ciudades y la era industrial fue lo que le hizo perder peso al amo rural ,pero cuando no queda nada y la tierra es un recurrente valor ,aquellos valores rancios que acompañan al oscurantismo de la libertad ,vuelven a surgir .
No cesaba la lluvia o quizas estaba soñando y conversando con algunos de los fantasmas del pasado pero lo que si recuerdo es estar absorto y pensativo.
“Todos los hombres nacen libres pero en todas partes arrastran cadenas”.
El me hablaba de sus amos y compadeciendo su destino me di cuenta que tambien era un esclavo y que todos somos siervos y que el precio de la libertad era demasiado caro como para poder pagarlo en una vida y la existencia demasiado corta para poder saborearla cuando se vive atado de por vida a la servidumbre.
Cuando la conversación comenzaba a tornar dramática ,apareció un arco iris en el horizonte que hacia de puente entre la colinas de olivares y me devolvió una bocanada de optimismo.Me despedí caluroso, con una sonrisa de esperanza y dando ánimos deje allí a mi casual confidente con los ojos cabizbajos de resignación.
De camino a casa meditando recordé el libro de Hegel “Dialéctica del Amo y el Esclavo”.Si para recoger las olivas el amo depende en su ignorancia de agricultores para cuidar los olivos ,tractoristas para mercanizar el trabajo, de una almazara para producir el aceite ,y administrativos para las gestiones ,entonces el es el dependiente de los demás , que son los que tienen la facultad de poder crear y quienes construyen esta realidad.
francisco manuel cortes fernandez
iliberis