UN HOMBRE SIN TIERRA

Las vastas tierras del amo se pierden dibujando colinas alternadas de amarillos ocres y de verdes olivas ,solo quienes trabajan esas tierras conocen su magnitud .En muchas ocasiones cuando Aniceto levanta la cabeza de su duro trabajo y aparta el sudor que le ciega la vista se pregunta de como le pudo venir al señorito semejantes riquezas que ni siquiera conoce en sus extensión y que si su padre ,su abuelo y así atrás nunca trabajaron ¿como llegaron tales propiedades a sus manos?

Unas pocas varas ,quizás media fanega le haría un hombre sobrado , tal vez incluso rico en el pueblo y seria libre de no tener que recibir ordenes y no necesitar del jornal que le llega como una limosna, y con las ganancias comprar unas cabras que dieran leche para poder vender ,y tener carne todo el año .Seria libre sin ataduras de amos ,dueño de su destino.

En que momento de la historia cuando todos los hombres eran iguales ,se invento la ley para proteger la propiedad de otro .Bajo que poder que no fuese el divino ,se agrego quien era igual lo que no pertenecía a nadie salvo del que lo trabajaba y lo hacia a su imagen .Solo con el uso de la fuerza un hombre se puede proclamar dueño de lo que no es suyo .

Aniceto siente esas tierras como propias , han bebido tanto de su sudor ,que una parte de el llevan dentro, y en su inocencia se imagina libre como los sisones que vuelan de una a otra parcela del señorito aprovechando la soledad esteparia ,sin saber nunca que las tierras que vuelan y picotean tienen dueño.

Francisco Manuel Cortes Fernandez

REFLEXIONES DE UN HOMBRE ENCADENADO

Tras el encuentro con su amo humillado de orgullo , Aniceto se ha marchado en su Derby lejos de Tajarja , dejando atrás olivos y trigales hasta encontrarse entre chaparros  ,en un intento de huir de un destino que le martillea como una incesante gotera de dudas que le erosiona los pensamientos.

Bajo una frondosa encina que domina las tierras del Temple , recapacita y reflexiona mientras aspira el balsámico relajante que le proporciona un paquete de Celtas ,absorto de las caprichosas formas en las que baila el humo sin tocar las ascuas del tabaco . Aunque le aprisiona el pecho y la garganta le hace un nudo solo puede permitirse vidriar los ojos hasta confundir el horizonte sin concebir nunca derramar una lágrima .

Una cogujada atraviesa la carretera ,haciendo alarde de su cresta, ajena a los dilemas que ocupan a Aniceto que no entiende si habiendo nacido libre se encuentre encadenado a la servidumbre del señorito y triste de ser un hombre que depende de otro sin mas esperanza .

La ventolina cálida de la tarde pasa acariciando su mano,apurando el cigarro hasta terminarlo en colilla y absorto continua en sus pensamientos. Que motivo tiene la vida para el que la vive sin ilusión y que sentido toma cuando no existe ningún porvenir mas allá del cortijo y los designios del amo .

De pequeño el padre le decía, “búscate la sombra del árbol grande y viejo y que sea un buen amo”, y no importaba nada mas ,solo que fuese trabajador ,obediente y sobre todo que no contradijese al amo ,pues eso era lo mas horrible que se podía hacer ,porque era de ser desagradecidos . El amo siempre es lo primero ,incluso por encima de dios.

Complicada tesitura para el que quiere volar como un pájaro pero vive atrapado ,en la grandeza de las tierras esteparias donde el horizonte lejano limita con las sierras ;no en vano encerrado.

A lo lejos ve a Rogelio haciendo todo tipo de ruidos con una lata ; anda entre las jaras como un perro perdiguero ,echando hacia la escopeta del amo perdices y cochinos jabalí . El amo dice que prefiere a Rogelio porque los perros no hablan y porque le hace gracia sus esfuerzos por intentar ser siempre un bufón .

Francisco Manuel Cortes Fernandez

iliberis nigra

La primera vez que vi un cacique.

No en una época lejana quizás 30 años acompañamos un día a Rogelio ,porque su amo le había invitado a cazar en sus tierras en Castillo de Tajarja Era compañero de caza de mi padre y al no disponer de vehículo algo común en la época ascedímos para acompañarlo en el viejo latas .

De aspecto esbelto que de haber sido un perro seria un galgo ,impaciente ocupo el asiento trasero donde se recostó ,con la misma ansia que un animal añora por su dueño . Atras dejo la escopeta ,sus cartuchos rio tinto y el zurrón de penetrante olor a oveja.

Pasando Chimeneas la carretera se volvía ondulante ,entre los trigales y las perdidas encinas de la campiña agostada . Las espigas de luz , reflejaban el oro de los rayos solares y a cada repecho que el coche hacia cumbre, un destello cegado.

Como convino el cacique, esperaba a su fiel compañero con el land roberd en la puerta de un bar que no tenia letrero porque todo el mundo lo conocía en el pueblo como la tasca del Tuerto .El antro que tenia un pared pinchuda de cemento como lo era la fachada , una luz tenue que solo alcanzaba a entrar por la puerta de flecos y la ventana entre abierta .

El amo insistió en que tomásemos un vino antes de regresar a Santa Fe y compartir por un momento relatos sobre escopetas ,conejos y todo ese mundo que acompaña a la caza rural. De carácter fuerte ,hablaba seguro ,dominaba la conversación y los demás asentían y observaban como perdigueros atentos a cualquiera de sus ordenes.

Un abrir de flecos de la puerta se sintió como un fogonazo de luz que tras el llego un hombre recortado de mediana edad y que se quedo paralizado al ver que tenia frente a el al amo de aquellas tierras ,que son morenas rojizas tostadas por el sol de Andalucia .

  • ¿Que buscas Aniceto? .Pregunto el amo en tono solemne

Indeciso y titubeante Aniceto quedo mudo unos segundo ,quizás aturdido por la precencia monárquica del dueño de los contornos .

  • He venido a por gaseosa Don Fauto,para compartir con la familia.

Asintiendo con la cabeza al tabernero le dio permiso para que le diera una botella ,y fugaz la puso sobre la mesa .Sin una mirada cómplice ,ni mediar palabra ,solo resignada obediencia .

Tembloroso agarro la botella Aniceto que como un perro apaleado se acerco a la puerta desconfiado.

  • Vete con Dios Aniceto y no te lo gastes en vino.

Y como el rayo de luz que entro por la puerta desapareció Aniceto con la impresión de llevar el rabo entre las piernas ,y desapareció dejando el pueblo fantasma.

Yo no comprendia lo que sucedia alli porque habia ese silencio sepulcrar en torno a ese hombre ,que saboreaba un chato como si todo lo que alli hubiese le perteneciera ,incluso las almas de los presentes.

Algo hizo incomodar a mi padre para salir presurosos de aquel lugar y hablarme por primera vez de lo que eran los caciques ,amos y señores de aquellas tierras donde solo ellos eran autoridad y ley. Ese dia comprendí que es lo que era un amo y lo que suponia estar a su dispocision .

francisco manuel cortes fernandez

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Una conversacion de carretera y el dilema amo y esclavo

En un descuido cuando el viento arreciaba con fuerza las ventanas del coche y la lluvia se hacia copiosa ,hasta convertir el asfalto en un colchón de baches de agua ;sin darme cuenta ,entre en una de esas estaciones de servicio que están en mitad de ninguna parte y que cuando se abandonan se quedan tan atrás como el olvido. La lluvia golpeaba con un tropel de redobles de tambor sobre el techo metálico de la gasolinera y impedía ,como una cortina ,ver una localización concreta de ese lugar que en ese momento parecía maldito.

Amable y servil era el empleado de la gasolinera que atendía presuroso surtidores y cobros.Me quede el ultimo lo que me dio pie a entablar una cordial conversación sobre el tiempo tema recurrente para romper el hielo y cuando no se sabe que decir para ser agradable.

Había algo retro en aquella estación que vendía troncos de leña apilados en la fachada y guantes de trabajo en el mostrador ,mezclado con esa atmósfera de olor a gasoil y suelo resbaladizo.

Me acompaño amablemente al coche para continuar con una amena conversación sobre esos temas transcendentales que tenemos los desconocido y que por un instante nos convertimos en confidentes íntimos ,quizás por el anonimato o por encontrar ese consuelo que se esconde por temor a mostrar debilidades y resultar vulnerable.

Continuaba la lluvia fluida como la conversación y miraba mi bota sobre un charco que se convertía en rio de colores arco iris aceitosos.Sin atreverme a salir aun por la prudencia que hace a los hombres precavidos seguí escuchando ;conforme menguaba la lluvia y el lienzo del horizonte me dejaba entrever los trazos verdes de lo que adivinaba podían ser olivos ,pregunte si las olivas habían sido todas recogidas y la mala suerte que podían correr quienes dependían de los días luminosos para un jornal y de una buena campaña que recompense en un buen cobro.

Con esa confianza de pueblo y la inocencia humilde de quien ve en su horizonte el vacìo de la nada, bajo la realidad de tirar con esfuerzo el yugo ,hasta que alguien le dice basta…comenzó a hablarme de sus “amos” .Volvió a mi, aquellas rancias servidumbres de pueblo con sus “señoricos” altaneros de traje blanco y mandíbula alta ,aquella imagen del cacique todopoderoso ,señor en sus tierras de animales , humanos, incluso del mismo cielo.

El caciquismo no desaparecio ,solo perdio su poder porque fue un fenomeno que solo tuvo cabida en una etapa preindustrial cuando las producciones agricolas eran dinamismo de economia y con ello poder de influencia.La prosperidad de las ciudades y la era industrial fue lo que le hizo perder peso al amo rural ,pero cuando no queda nada y la tierra es un recurrente valor ,aquellos valores rancios que acompañan al oscurantismo de la libertad ,vuelven a surgir .

No cesaba la lluvia o quizas estaba soñando y conversando con algunos de los fantasmas del pasado pero lo que si recuerdo es estar absorto y pensativo.
Todos los hombres nacen libres pero en todas partes arrastran cadenas”.

El me hablaba de sus amos y compadeciendo su destino me di cuenta que tambien era un esclavo y que todos somos siervos y que el precio de la libertad era demasiado caro como para poder pagarlo en una vida y la existencia demasiado corta para poder saborearla cuando se vive atado de por vida a la servidumbre.
Cuando la conversación comenzaba a tornar dramática ,apareció un arco iris en el horizonte que hacia de puente entre la colinas de olivares y me devolvió una bocanada de optimismo.Me despedí caluroso, con una sonrisa de esperanza y dando ánimos deje allí a mi casual confidente con los ojos cabizbajos de resignación.

De camino a casa meditando recordé el libro de Hegel “Dialéctica del Amo y el Esclavo”.Si para recoger las olivas el amo depende en su ignorancia de agricultores para cuidar los olivos ,tractoristas para mercanizar el trabajo, de una almazara para producir el aceite ,y administrativos para las gestiones ,entonces el es el dependiente de los demás , que son los que tienen la facultad de poder crear y quienes construyen esta realidad.

francisco manuel cortes fernandez

iliberis